En este Santuario Nacional, la imagen de la Virgen Peregrina de Fátima miraba anoche la despoblada ciudad, mientras que en las redes sociales la eucaristía alcanzó cerca de 16.000 visualizaciones.

La liturgia fue presidida por el Obispo Auxiliar de Santiago, monseñor Cristián Roncagliolo, quien agradeció la invitación del rector del santuario, padre Raúl Arcila, para encabezar la misa, al recordar que hace 103 años La Virgen se apareció en Fátima, Portugal, a tres pastorcitos. La imagen peregrina, que desde septiembre del año pasado recorre el país, está por este tiempo de emergencia solo en los monasterios, y anoche fue trasladada al templo votivo en este día tan especial.

En su homilía, el obispo señaló que la experiencia de esta celebración en soledad física tiene un significado y un sentido, “porque miles y millones de cristianos se han unido en todas partes del mundo para renovar su fe en el Señor a través de María”. La Palabra de Dios, agregó, se ha hecho en ella viva y eficaz, y ella es bienaventurada, porque intercede por nosotros ante Dios. Luego, el pastor afirmó que el Apocalipsis nos dice que María es el Arca de la Alianza, “es decir, la mujer que en su vientre y en su vida fue el Sagrario de Cristo, la que una y otra vez nos trae al Señor, como le ocurre en la visita a su prima Isabel. Lleva a Jesús a los enfermos, a los que sufren, a los que hoy día con urgencia necesitan al Señor”.

Convertirse y llevar la misericordia de Dios a los que sufren

El padre Cristián expresó que la Virgen nos hace “un llamado a la conversión. Para poder vivir el camino del Señor tenemos que aprender de María a hacer lo que el Señor nos diga. Nos enseña con absoluta claridad que para poder vivir intensamente la fe tenemos que hacer un permanente camino de conversión del pecado a la gracia, de conversión de la oscuridad a la luz, de conversión de la muerte a la vida que solo Cristo nos puede regalar”.

En otra parte, sostuvo que “María es el rostro preclaro del Señor de la misericordia”, por eso, dijo, “quiero invitarlos a rezar más. Pidámosle a nuestra Madre que nos ayude a vivir la caridad, especialmente en este tiempo de pandemia, en que el mundo necesita gestos y palabras concretas, que expresen la fe honda que tenemos, que logremos vivir como María la visitación a los enfermos, la visitación a los que sufren, la visitación a los que están tristes y abandonados. Queridos hermanos, los excluidos de nuestra sociedad esperan de nosotros testimonios como el de María. Vayamos a su encuentro, porque los excluidos esperan de nosotros la misericordia del Señor”. Y terminó manifestando: “Que la Santísima Virgen de Fátima, en esta noche santa, nos renueve la fe, haga arder nuestro corazón y nos anime en la esperanza, para que un día, como ella, seamos bienaventurados”.

Terminada la misa, los concelebrantes se dirigieron a la entrada del templo, donde, al pie de la imagen de la Virgen Peregrina de Fátima, monseñor Roncagliolo presidió la oración de consagración personal, de las familias y de la ciudad a la Madre de Dios e impartió la bendición final.

Desde el inicio de la transmisión on line, con el rezo del Santo Rosario, el chat no paró de recibir las peticiones de los fieles conectados virtualmente con el santuario. En este medio, pidieron a la Virgen de Fátima su maternal protección para todo el mundo en medio de esta pandemia, por Chile, por los fallecidos, los enfermos, sus familias, por el personal de la salud, por las autoridades, por la Iglesia, por los que no creen y por una renovación profunda de la fe de los católicos, entre otras peticiones y acciones de gracias.