El equipo de Misión Fátima Chile agradece a Dios el privilegio de ser mensajeros que entregan este espectacular presente.

El año 1925 de los tres pastorcitos videntes de la Virgen de Fátima en 1917, solo quedaba viva Lucía. Siendo apenas unos niños (San) Francisco Marto ya había fallecido en 1919 y (Santa) Jacinta Marto en 1920.

El pasado martes 10 de noviembre se cumplieron 94 años desde que sor Lucía recibiera a solas en 1925, la primera de varias apariciones de la Virgen y el Niño Jesús mientras se encontraba en el noviciado de la Congregación de las Hermanas Doroteas en Pontevedra (España).

Ofrecerlo a quien desee recibirlo

En esta aparición la Virgen María confió a la vidente el más grande regalo que como Madre podía dar a todos sus hijos; y encomendó a sor Lucía la misión de entregarlo a toda la humanidad, ofrecerlo uno por uno a todos los seres humanos.

Misión Fátima Chile junto con recibir el encargo de custodiar la Imagen de la Virgen enviada a Chile desde el Santuario de Fátima (Portugal) -comunicando las enseñanzas dadas por la Virgen en 1917 a los tres pastorcitos-, ha recibido también el encargo de ofrecer a quien desee recibirlo el regalo confiado a Sor Lucía

El regalo del Inmaculado Corazón de María

El 10 de diciembre de 1925, en el convento de las Doroteas de Pontevedra (España) estando sor Lucía en su celda, se apareció ante ella Jesús Niño y la Santísima Virgen María sosteniendo su Inmaculado corazón cercado de espinas en una mano.

sor lucia de fatima

Nuestra Señora dijo a Lucía:

“Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas, que los hombres ingratos me clavan sin cesar, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que:

  • A todos los que, durante cinco meses,
  • en el primer sábado de mes
  • se confiesen,
  • reciban la Sagrada Comunión,
  • recen 5 misterios del Rosario
  • y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los 15 misterios del Rosario,
  • con el fin de desagraviarme,

les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para la salvación de sus almas”.

¡El Inmaculado corazón de María te ofrece como regalo la salvación!

No dudes en recibirlo. Es simple, sigue cada paso señalado por Nuestra Señora de Fátima.

Considera además que luego, en 1926, todavía en Pontevedra, ya no fue la Virgen sino el propio Niño Jesús quien se apareció a Lucía para confirmarle la voluntad del Cielo de ofrecer este maravilloso regalo. Y en 1930, el Señor fue más allá al pedirle a sor Lucía que transmitiera esto al mismísimo Santo Padre. Quiere que este regalo se considere una devoción; como tal una práctica estable, aprobada, extendida y alentada por la Iglesia. Estamos en la noche del 28 al 29 de mayo de 1930. El Señor le confirma los objetivos de esta práctica:

“He aquí, hija mía, la razón por qué el Inmaculado Corazón de María me hace pedir por este pequeño acto de reparación, y a motivo de él, más de Mi misericordia para perdonar a las almas que han tenido la desgracia de ofenderla”.

El Señor acababa de explicar a la joven el por qué de estos cinco sábados. Porque hay cinco ofensas y blasfemias profesadas: contra el Inmaculado Corazón de María, contra la Inmaculada Concepción, contra su virginidad, contra su divina maternidad y contra que ella es la Madre de los hombres. Y luego están las blasfemias de aquellos que públicamente buscan poner en el corazón de los niños la indiferencia o el desprecio, o incluso el odio hacia la Madre Inmaculada, y las ofensas de aquellos que la ultrajan directamente en sus santas imágenes.