Adoración Eucarística, rezo del Rosario y Eucaristías se sucedieron en la pequeña capilla del Monasterio.

Ayer, 4 de octubre, saliendo desde la catedral de Rancagua, centenares de personas acompañaron por las calles de esa capital regional de Chile a la Imagen de Nuestra Señora de Fátima venida de Portugal. Con rosarios en las manos y Ave Marías en la voz, con cantos cuyas estrofas recuerdan la historia vivida en Fátima, querida por Dios, a través de un Ángel (1916), tres pastorcitos y la Santísima Virgen María. Regalo y camino hacia la salvación para los fieles de todo tiempo y lugar.

La procesión llegó hasta el Monasterio de las Adoratrices del Perpetuo Sacramento en la calle Lídice 450, donde la esperaban una comunidad feliz de acoger la venerada Imagen que está recorriendo Chile, llamando a volver a Dios, a centrar la vida en Cristo y la verdad del Evangelio que enseña la Iglesia por medio del Espíritu Santo en sus legítimos pastores.

Adoración Eucarística, rezo del Rosario y Eucaristías se sucedieron en la pequeña capilla del Monasterio. Esta mañana de día 5 de octubre, al despedir la imagen y su comitiva de laicos, junto al sacerdote custodio de la peregrinación en la sexta región padre Luis Cristián Salazar, una de las religiosas de la comunidad del Monasterio señaló:

“Quisimos recibir a la Virgen de Fátima por el amor que le tenemos a ella, que como buena misionera, nos visita. También nosotras queremos participar de esa alegría del pueblo que ella ha estado visitando. Eso nos motiva a entregarnos a Jesús. Sobre todo nos quedamos con esas palabras que nos dijo el obispo en la Eucaristía: «Hagan lo que Él les diga». Estamos dispuestas a colaborar con ella para seguir salvando almas para Jesús, su Hijo.”