Abrazados por la Madre de Dios los sacerdotes, servidores de Cristo y su Iglesia, renuevan espiritualmente ante Nuestra Señora del Rosario las promesas sacerdotales. Este jueves 26 en el Palacio Arzobispal, la Casa Santo Cura de Ars y la Parroquia del Sagrado Corazón en Providencia.
“La Virgen Madre no vino aquí para que nosotros la viéramos: para esto tendremos toda la eternidad, a condición de que vayamos al cielo, por supuesto. Pero ella, previendo y advirtiéndonos sobre el peligro del infierno al que nos lleva una vida ―a menudo propuesta e impuesta― sin Dios y que profana a Dios en sus criaturas, vino a recordarnos la Luz de Dios que mora en nosotros y nos cubre… Fátima es sobre todo este manto de Luz que nos cubre, tanto aquí como en cualquier otra parte de la tierra, cuando nos refugiamos bajo la protección de la Virgen Madre para pedirle, como enseña la Salve Regina, «muéstranos a Jesús».”
Papa Francisco
“Vivimos tiempos de retos bien importantes y al mismo tiempo motivadores que tienen que sacar lo mejor de nosotros mismos. Tiempos desprovistos precisamente de misericordia y de alegría verdadera. De algún modo, lo que nos pasa puede simbolizarse, recreando la escena del Evangelio que acabamos de leer, María hoy nos viene a visitar a cada uno de nosotros, para alentarnos, para dar esperanza y fortalecernos en nuestro compromiso.”
Mons. Alberto Lorenzelli